En este artículo y el siguiente vamos a abordar someramente el tema de la culpa. Al tener que ordenar las notas para estos dos artículos he tomado consciencia de que el tema es extenso y que desborda los márgenes de estas reflexiones. De todos modos, en este post miraré de dar una visión general, más teórica, sobre la culpa y cómo actúa ésta en el aborto voluntario, y en el siguiente daré pautas prácticas para aprender a gestionarla.
Qué es la culpa?
Hay múltiples manera de definirla:
“La culpa es la experiencia disfórica (desagradable, molesta) que se siente al romper las reglas culturales (tanto religiosas, como políticas, familiares, de un grupo de pertenencia, etc.), o por el pensamiento de cometer dicha transgresión” (wikipedia)
“ Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado” (diccionario de la real academia española).
Los seres humanos somos seres morales, es decir, nos preguntamos por el bien y el mal de nuestras acciones, y además, a diferencia de los animales, tenemos el libre albedrío: podemos decidir nuestras conductas.
Ahora bien, ¿qué está bien? ¿Qué está mal?…esto tiene mucho que ver con la cultura a la que pertenecemos, que es la que dicta lo correcto y lo incorrecto. O dependerá también del entorno en el que te has criado…Si desde pequeña se te ha dicho en tu casa que el aborto es un derecho que tienes como mujer, es posible que si un día te encuentras en esa situación no te afecte tanto la culpa como a otra mujer que haya sido educada en todo lo contrario (aunque eso no significa que no pueda doler, y mucho) La culpa tiene que ver, pues, muchas veces ,con el conjunto de normas interiorizadas por nuestra sociedad. Tiene que ver con las creencias de cada quién sobre lo que está bien y lo que está mal.
Cómo funciona? “Gilead está dentro.”
No sé si has leído “el cuento de la criada” de Margaret Atwood o visto la reciente serie de televisión basada en la misma. Es una serie que, como mujer, no te va a dejar indiferente (aunque si estás en pleno duelo te recomendaría que la veas en otro momento, porque es muy, muy, muy dura). En ella nos situamos en un futuro distópico en Estados Unidos donde ha habido un golpe de estado que instauró el gobierno de Gilead, una dictadura en toda norma donde el valor de la mujer es reducido a ser a esposa y madre. En uno de los diálogos impactantes de la serie, una de las llamadas tías le dice a la protagonista: “nunca escaparás de Gilead, porque no tiene fronteras, porque está dentro de ti”.
Aquí se está refiriendo en toda regla a las normas interiorizadas: al hecho de tener un juez interno que ha interiorizado lo que está bien y está mal (según el contexto familiar y cultural) y que ejerce de represor y de autocensor. No hará falta que nadie te recuerde “la ley”, porque la ley ya está dentro.
La culpa será no pocas veces la voz de ese juez interior.
Históricamente, sobre todo en culturas profundamente judeocristianas, se ha utilizado la culpa como elemento represor: y toda culpa genera una deuda que debe ser pagada. Estamos hablando de castigo. Este castigo se manifestará en un diálogo interno terrible que va a acusar a la mujer que interrumpió su embarazo (y que por lo tanto ha ido en contra de una maternidad considerada no pocas veces como sagrada, y cometido una acción que a menudo se identifica con el homicidio) de no ser merecedora, de no valer nada, de egoísta..y mil rostros que tiene esa culpa vuelta gritos en su cabeza. No son pocas las mujeres que buscarán expiación , se autocastigarán y se autosabotearán en mil y un aspectos de su vida…porque, de algún modo, con el castigo están pagando la deuda . Es decir, se sienten mal para sentirse bien (así de terrible).
Una cosa es la capacidad moral que tenemos los humanos de cuestionarnos nuestras acciones, una cosa es el malestar de sentir que no se ha actuado bien y revisar esa actuación (culpa sana)…..pero otra cosa es cuando la culpa es la voz internalizada de una cultura que durante siglos nos ha tenido reprimidas que se desmadra y te atormenta y busca redención y castigo (culpa tóxica).
Juez interior vs. “voz de la consciencia”
Tomamos a la culpa como la voz de la consciencia. Como la voz de un juez imparcial, universal y eterno.. Pero la culpa es la voz de ese juez interno, es la voz de Gilead, de unas normas que no pocas veces buscan reprimirnos y limitarnos como mujeres (sobre todo en una cultura patriarcal). La conciencia es posible que no tenga voz. Que sea una mirada de amor, un abrazo que comprende, algo parecido a una calidez que no juzga, que abraza, que ama… La conciencia te ve más allá de tus acciones y sabe que tú no eres ellas, recuerda lo que hiciste pero no te condena por ello…te acepta con todas tus sombras.
No, la voz de la culpa (tóxica) no es la voz de la conciencia sino la de la violencia internalizada.
Culpa vs Responsabilidad
Somos responsables de nuestras acciones, esto es, somos o debemos ser capaces de dar respuesta a lo que hacemos y por qué lo hacemos y asumir sus consecuencias (esta asunción, en el caso del aborto voluntario, va por la vía de aceptar el dolor que provocó nuestra decisión, aceptarlo y transformarlo en amor…). Una de las consecuencias nefastas de la culpa es que nos impide aceptar lo hecho y nos mantiene ancladas a nuestro pasado. Cuando en verdad ya no somos las mismas que tomamos esa decisión, y quién la tomó tampoco es la mala mujer que la culpa busca hacernos creer. Tenía sus razones y sus miedos.
Cuando la culpa se sale de madre
Qué sucede cuando la culpa se sale de madre con tu aborto voluntario? Cuando se vuelve una voz (literalmente) que te maltrata día y noche (muchas mujeres sufren insomnio, ataques de ansiedad, etc..)? ¿O cuando es una voz de fondo que te recuerda constantemente lo mala y egoísta que fuiste? Ahí están sucediendo algo a un nivel más profundo: el aborto toca de lleno el miedo ancestral a no ser amadas, a no ser merecedoras de amor y, en consecuencia a ser expulsadas del clan. El miedo a no ser valiosas ni queribles.
Seguramente, cuando la culpa se vuelve una voz a gritos que te golpea (no estoy exagerando) será también porque está tocando de una forma muy profunda heridas previas al aborto, seguramente la herida del rechazo (que nos hace sentir que no tenemos derecho a ser) y la herida de la injusticia (que nos hace sentir que no merecemos porque no somos todo lo “perfectas” que necesitamos ser para que nos quieran). Seguramente el aborto pondrá al descubierto tus miedos más profundos y tus heridas más esenciales…seguramente terminará de minar una autoestima que ya era baja previa al aborto.
Culpa moral y culpa ontológica
Quería terminar esta breve exposición sobre la culpa hablando que con la IVE, una mujer se puede sentir culpable a muchos niveles , pero normalmente existen dos grandes culpas (que pueden darse juntas, o no)
La culpa moral se da en aquella mujer que siente que se equivocó porque hizo algo que estaba mal (de hecho ella lo vive como lo peor). Se culpa porque la acción de interrumpir su embarazo la clasifica como mala, directamente.
La culpa ontológica, es la de aquella mujer que siente que cometió un error porque no atendió a una parte de su ser profundo que sí quería seguir con la gestación, que sí quería un hijo ,aunque seguramente no en esas circunstancias.
Normalmente, muchas mujeres sienten estos dos tipos de culpa a la vez , pero a veces no, a veces alguna sentirá que no hizo nada malo (culpa moral) pero que sí deseaba ese embarazo, (culpa ontológica), o viceversa, otra sentirá que no quería ser madre, pero sí que hizo algo terrible.
A veces nos podemos también sentir culpables hacia terceros, hacia la pareja que sí quería el hijo…hacia familiares a quienes negamos la posiblidad de conocer a ese ser.
Cuando proyectamos la culpa hacia terceros
Tampoco es inhabitual, repartirse el pastel. Nos comemos nuestra parte de la culpa pero la proyectamos en los demás, Ahí entran frases de acusación a parejas o a madres y padres que te animaron a continuar con la interrupción del embarazo. A veces muchas mujeres abortan porque nadie las apoya en su decisión de seguir adelante…y eso hará que se acuse a los demás que también tuvieron parte en la historia..
Culpa y vergüenza
La culpa irá acompañada de su amiga la vergüenza. La culpa te dirá que lo que hiciste fue inapropiado, la vergüenza te dirá que tú eres la inapropiada. Ambas cómplices, conspirarán para mantenerte en el silencio y el aislamiento. A veces, como ya veremos, la mejor manera de empezar a trabajar la culpa será de forma indirecta, rompiendo el aislamiento, pudiendo contar tu historia a alguien que sepas que no te va a juzgar ni a condenar, que te va a hacer sentir, por unos instantes, merecedora de amor y atención, sin juicio. Con comprensión
Como ves, la culpa deja un campo segado de reproches, acusaciones y mucho, mucho sufrimiento…de hecho dejará tu alma dividida y en una lucha que te irá, literalmente, desgastando día a día…Es hora tal vez de reencuadrarlo todo un poco. Me sigues en el siguiente post?