Una de las frases más crueles que se pueden decir a la mujer que ha abortado es: ¿Si tú lo elegiste, por qué lloras? O a menudo, será la misma mujer que eligió este camino la que con esa frase se desautorizará para permitirse cualquier dolor. No se dará derecho a llorar porque en el fondo ella misma lo eligió, porque en el fondo, la culpabilidad le impedirá, o bien sentir el mismo dolor en un proceso de negación que bloqueará todo el proceso del duelo, o bien a llorarlo en solitario y en secreto, siendo una carga a menudo demasiado pesada para no tener a nadie con quien compartirla.
Es importante pues, analizar profundamente las características de esta elección. En otro artículo ya analizaremos las diferencias entre culpabilidad y responsabilidad, que creo son esenciales para entender este proceso de duelo complicado.
Vivir es ir eligiendo. Hay elecciones más sencillas, intrascendentes, cotidianas… y hay elecciones difíciles, que marcan un camino a seguir, y otro que rechazamos. Éstas últimas acostumbran a generar altos grados de estrés e incertidumbre. La elección de si seguir adelante o no con un embarazo forma parte de este segundo grupo. Vayamos pues, al corazón de la elección y analicemos sus características:
IMPLICA A LA MUJER EN SU TOTALIDAD: Somos seres multidimensionales y multirrelacionales, y la decisión de interrumpir el embarazo va a poner en diálogo a todas esas dimensiones. Respecto a sí misma, el aborto implicará a la mujer en su parte física, emocional, mental y espiritual, y respecto a su entorno va a poner sobre la mesa su relación con la pareja,el vínculo con el futuro hijo, la família, el mundo laboral y con el sentido profundo de la vida, la muerte y la maternidad.
Imaginemos un puzle: si alguna pieza no encaja, tendremos un problema de coherencia y de unidad.
A menudo un aborto pondrá sobre la mesa estas dimensiones como piezas de un pluzzle que no encajan: habrá contradicciones y habrá que priorizar unas sobre otras. Estas contradicciones saldrán después en el duelo post-aborto.
TIENE UN FUERTE COMPONENTE ÉTICO Y LEGAL: Abortar va a ser pecado en muchas ocasiones, en otras va a ser algo que está mal y en algunos países va a ser ilegal y penalizado. La mujer tiene que afrontar este proceso difícil en absoluta soledad en la mayoría de los casos y en otros convirtiéndose en nada menos que en delincuente. Llueve sobre mojado. El secreto todo lo invade. Y en los países donde el aborto es legal va a encontrarse con otro tabú: no va a entenderse su dolor y por lo tanto no se lo va a autorizar socialmente. La mujer que aborta va a tener que afrontar todo su mundo de creencias, a veces ir en contra de ellas, y a la vez afrontar una sociedad y una política que no la van a apoyar.
IRREVERSIBILIDAD: Interrumpir un embarazo no tiene marcha atrás. Por eso es una decisión trascendental. Lo que perdemos, lo que decidimos perder es irremplazable. Cualquier mujer en duelo sabe que no hay nada peor que alguien bienintencionado le diga: “Ya te volverás a quedar embarazada. Hiciste lo mejor”. Porque no se trata de algo (o alguien) que podamos sustituir, que sea sustituible.Vendrán otros hijos, otras maternidades pero la que va a doler va a ser esta que ya no volverá.
Esta pérdida única e irremplazable es la que tendremos que saber gestionar.
LIMITADA EN EL TIEMPO: La mujer que debe tomar esta decisión deberá hacerlo en una carrera contra el tiempo. Tiempo apremiante, tiempo intenso y tiempo dilatado: hay que decidir rápido, eso nos pone en una situación de estrés (intensidad) que hará que las horas parezcan días y los días, vidas.
Como me decía otra testimonio hace poco : “esos días se me hicieron larguísimos, cada día vivía mil vidas”.Y cuanto más esperemos para realizar el aborto clínico, más se complicará éste
EL CUERPO EMBARAZADO: las emociones se disparan durante esos días: emociones muy intensas y a menudo contradictorias.
Todo esto tiene que ver con el cuerpo embarazado que es ya un cuerpo distinto.
Ya desde el inicio de la gestación el cuerpo generará gonadotropina (HCG), lactógeno de placenta humana, estrógeno y progesterona. Este cóctel hormonal va a producir de inmediato sensación de cansancio, los llamados mareos y náuseas matutinos, aumento de pecho…y lo que es más, todo un mundo de cambios de humor. Tener que tomar una decisión reflexionada y responsable en estos momentos de intenso vaivén emocional es tarea árdua para la mujer que tiene que confrontarlo.
PARTES IMPLICADAS: en esta decisión la última palabra la tiene la mujer, y va a ser ella la que normalmente decida unilateralmente interrumpir o no su embarazo. Pero esta decisión va a afectar a terceros que sí son interlocutores válidos: el otro progenitor. Aquí lo ideal sería tomar una decisión consensuada que buscara el beneficio de todas las partes. Una decisión que requeriría la escucha atenta de todas las partes y la deliberación reflexiva de los pros y contras. En ese sentido, y cuando las opiniones son muy opuestas (uno de los progenitores quiere tener el niño y el otro no) estaría bien contar con la figura de un facilitador neutro, una mirada objetiva que pueda ser árbitro y, como su nombre indica, facilite una toma de decisión más responsable, informada y consensuada.
POCA INFORMACIÓN: La mujer que se encuentra ante un dilema de este tipo debería tener toda la información en los centros de salud sobre dicho proceso, ayuda en la toma de decisiones, información detallada sobre dónde acudir para realizar su aborto y en último término, qué puede esperar después, teniendo en cuenta todo el proceso. Debe poder entender lo que le está sucediendo y qué implicarán sus decisiones. Como ya he remarcado, en la mayoría de los casos, el coste emocional es altísimo y una no vuelve a la “vida que llevaba”. Sobre este coste emocional, sobre el proceso de duelo, predecible según un análisis detallado de su situación y de su persona, no va a encontrar información alguna. Nadie te avisa, y eso va a provocar que la incertidumbre, el marco de incertidumbre que debamos afrontar al tomar la decisión sea aún mayor.
No conocer ni ponderar las posibles alternativas a una decisión va a hacer de esta un salto al vacío y limita nuestras opciones de tomar una decisión libre (a más información, más libertad)
En otro artículo veremos las razones que llevan a una mujera a interrumpir su embarazo.
Un saludo, de korazón con K.