Hay un tema que se nos escapa, como tantos otros en la IVE.
Llevo años escuchando la expresión, cuando llega un embarazo inesperado (y ojo, no siempre es así, sino que también sucede con los embarazos esperados): “Entré en pánico”, “sentí un miedo que nunca antes había sentido”, “era terror”.
Luego, después de la interrupción médica, la mayoría de estas mujeres sentirán que “eligieron desde el miedo y no desde el amor” (esa frase tan simplista y tan new age que nos hizo mucho más daño que bien) y la culpa y la vergüenza camparán a sus anchas acusándote de haber sucumbido a ese miedo que, ahora, ante el dolor que no te esperabas, sientes como irreal.
Pero las cosas no son nunca tan simples. Tatúatelo en la piel del alma.
Estas expresiones, de “Terror, pánico” apuntan a algo más profundo.
Es tu sistema nervioso poniéndose en estado de alerta máxima y de huida.
Es todo tu inconsciente gritando “vete de este lugar”.
Pero vete..porque estás en peligro de “muerte”.
Sea o no sea ese peligro “real”, para ti, en esos momentos lo es. Y mucho.
Salir en pocos días (que es el tiempo de tomar la decisión) de ese estado, para el cual no tenemos ni siquiera palabras, va a ser muy complicado, casi iría imposible.
¿Cuál era ese peligro “ de muerte”?
1.En primer lugar ,podemos decir que muchas veces, cuando te planteas una interrupción, hay circunstancias de peso que cuentan, y mucho (aunque después tú misma las invalides): precariedad labora, precariedad financiera, la pareja no quiere (y por lo tanto no sentirás apoyo alguno), precariedad emocional y energética de una misma (poder ser madre no es sólo una cuestión de dinero, sino también de tiempo y de energía, y en la sociedad multitaskng que tenemos esos parámetros brillan por su ausencia). La sensación es REAL: no hay objetivamente un espacio seguro para ti y para tu hijo. Y esa no-seguridad se siente como peligro de muerte.
2.Pero en segundo lugar existe algo mucho más profundo: muchas veces tu inconsciente, tu cuerpo siente la maternidad como un espacio “no seguro”. Es decir: si viste a tu madre infeliz, que su maternidad la llevó a renunciar a sus sueños, si en tu clan la maternidad está asociada a sacrificio y dolor…cuando llegue el embarazo esas memorias van a aflorar como un tsunami. Repito: como un tsunami. No se puede hacer frente a un tsunami en unos pocos días. Eso por lo que te culpas de no haberlo podido parar…en verdad era imparable.
También, esa memoria de que la maternidad no es “un lugar seguro”, puede ser debido a tu experiencia de madre. Y eso va a generar mucha confusión y culpa. Te diría que una cosa es el amor a tus hijos y otra y otra es la aceptación o rechazo al rol de madre. En el que no siempre encontraste plenitud. Cuando una madre siente en el alma que “no puede más…y no puede con otra maternidad” eso va en contra de la idea socialmente aceptada de “una madre puede con todo”. Y eso la va a romper.
3.Existe el concepto de “transparencia psíquica” durante el embarazo según el cual el estado de embarazada produce un alta sensibilidad emocional y una permeabilidad psíquica que favorece el acceso a temores inconscientes, traumas y duelos no resueltos. Esto explica también por qué no podíamos manejar todo ese terror y pánico en el breve espacio de unos pocos días.
Al final, necesitamos entender que nuestras elecciones no fueron desde una razón que discernía, sino desde un inconsciente y un cuerpo en estado de alerta máxima. Eso no quita responsabilidad a la decisión, pero la encuadra en un marco vital real con el que se hizo muy difícil actuar “ecuánimemente” o desde el amor.
También hubo en esta decisión amor y responsabilidad, hacia ese hijo, hacia ti misma, hacia la familia…Pero eso ya sería otro artículo.
Creo que el abordaje de esta creencia inconsciente de que “la maternidad es un lugar de peligro máximo para mi” debe ser hecha en el marco de un trabajo profundo, post IVE, e incluso después del duelo.
Este abordaje estará en el curso que sacaré en los próximos meses para dar herramientas para decidir si ser madre o no, o volver a serlo.
Pero me parecía algo clave a compartir con vosotras hoy.
Al final, el iceberg del aborto voluntario tiene mucha más profundidad de lo que imaginamos.
Si estás pasando por todo esto, no lo vivas sola.
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